Italia espera una disminución de los desembarcos clandestinos de inmigrantes en Lampedusa durante el actual año, anunció hoy el ministro del Interior, Roberto Maroni.
Según esa cartera, en 2008 la península registró la entrada de 36 mil 900 indocumentados, cifra récord en comparación con períodos precedentes. De ese total, 31 mil arribaron por Lampedusa, la porción más al sur del territorio italiano y el más cercano al norte de las costas de África.
Maroni informó además, la entrada en vigor próximamente de un convenio con las autoridades de Libia sobre la creación de un servicio conjunto de patrulla para vigilar las costas. De acuerdo con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), miles de personas toman la peligrosa vía marítima debido a las escasas oportunidades que existen para entrar en territorio de la Unión Europea por medios legales.
La mayoría escoge como destino a Italia, el principal punto de entrada al bloque comunitario para nacionales de diversos países y regiones del mundo subdesarrollado, que muchas veces hacen el viaje mediante el pago a traficantes de personas.
Esa forma de delincuencia organizada cobra varios miles de dólares a cambio de travesías en precarias y sobrecargadas embarcaciones a través del mar Mediterráneo para alcanzar las costas del país europeo.
Según esa cartera, en 2008 la península registró la entrada de 36 mil 900 indocumentados, cifra récord en comparación con períodos precedentes. De ese total, 31 mil arribaron por Lampedusa, la porción más al sur del territorio italiano y el más cercano al norte de las costas de África.
Maroni informó además, la entrada en vigor próximamente de un convenio con las autoridades de Libia sobre la creación de un servicio conjunto de patrulla para vigilar las costas. De acuerdo con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), miles de personas toman la peligrosa vía marítima debido a las escasas oportunidades que existen para entrar en territorio de la Unión Europea por medios legales.
La mayoría escoge como destino a Italia, el principal punto de entrada al bloque comunitario para nacionales de diversos países y regiones del mundo subdesarrollado, que muchas veces hacen el viaje mediante el pago a traficantes de personas.
Esa forma de delincuencia organizada cobra varios miles de dólares a cambio de travesías en precarias y sobrecargadas embarcaciones a través del mar Mediterráneo para alcanzar las costas del país europeo.