viernes, 2 de enero de 2009

Andrea Camilleri. Cuando Sicilia es el mundo

La primera novela de Camilleri: El curso de las cosas
En 1978, una pequeña editorial de la Toscana italiana publicaba un libro titulado El curso de las cosas. Era un libro extraño por varias razones. En primer lugar, era la primera novela de un hombre que había superado ya los cincuenta años, por lo que nadie en su sano juicio podría decir que era una apuesta por un autor "novel". En segundo lugar, era una novela editada en el centro de Italia, en Siena, que mostraba de manera literaria a las gentes y las costumbres de un lugar absolutamente diferente, en el profundo sur, la isla de Sicilia. En tercer lugar, quizá lo más extraño teniendo en cuenta los datos anteriores, El curso de las cosas resultaba una novela extraordinariamente sólida, tanto en el detalle con el que describe aspectos de la vida siciliana, como en la consistencia de la trama policiaca que articulaba el texto, así como en el sentido del humor y la ironía que muestra en todo momento.
Detrás de esa extrañeza, se escondía un escritor de nombre Andrea Camilleri. No era un personaje de fama extraordinaria en la Italia de la época, sin duda, pero quien hubiera tenido la oportunidad de saber de su existencia previamente no hubiera resultado extrañado. Efectivamente, el autor del libro era novato en el mundo de la novela, pero se había dedicado durante años a otro tipo de narrativa: fundamentalmente al teatro, pero también a la televisión. En cuanto al hecho de que fuera una editorial de la Toscana la que editara la primera novela de una autor siciliano con una trama de inspiración claramente siciliana, se explica por el hecho de que fue publicada gratis a cambio de que el nombre de la editorial apareciera en el telefilme que se iba a rodar a propósito de la novela (y que se titulo finalmente La mano sugli occhi). Respecto a la solidez de la trama cabría argumentar su extraordinario conocimiento a través de los años de las claves del gran maestro de las letras italianas, Luigi Pirandello, del cual escribiría años después una muy personal biografía (Biografía del año cambiado). Respecto a su estructura policiaca, cercana al género negro, no debería descartarse la influencia que Camilleri recibió habiendo participado activamente en telefilmes muy famosos de la televisión pública italiana, protagonizados por el Teniente Sheridan o el Comisario Maigret.
Respecto a su sentido del humor, su ironía y su pluma afilada, después de treinta años, de muchas novelas leídas, no me cabe duda que es el carácter del autor, que no duda en manifestarse en cada una de sus novelas.
Nacido en Porto Empedocle, residente en Vigata: Un hilo de humo
Andrea Camilleri nació en 1925 en la localidad costera siciliana de Porto Empedocle, cercana a Agrigento. Desde los tiempos en que Sicilia formaba parte de la Magna Grecia, en Agrigento se han mantenido en buen estado varias edificaciones religiosas en la que fue considerada “la ciudad más bella hecha por mortales”. Hasta hace poco, esa comarca donde se mezclan de costumbres rurales y marineras, tenía el Valle de los Templos como el gran atractivo para turistas de todo el mundo. Hoy en día, hay un nuevo lugar de interés: Porto Empedocle. Pero, ¿qué hay de interés en ese pueblo costero? ¿Tan lejos llega el fetichismo de los amantes de Camilleri que se acercan por su tierra natal para conocer sus primeras andanzas? En cierto modo sí, pero no sólo eso. El motivo por el que los turistas se acercan para dar un paseo por Porto Empedocle tiene que ver con que esa ciudad es el trasunto real de la Vigàta de las novelas de Camilleri. Allí, en Vigàta, un pueblo de arraigadas tradiciones que se resiste al progreso que viene del Norte, se ambientan varias novelas de Camilleri que tienen lugar alrededor del cambio de siglo (del XIX al XX). Allí, en Vigáta, Camilleri sitúa también varias novelas de la Sicilia que vivía bajo el yugo del fascismo romano de Mussolinni, de la Sicilia que era el puente hacia las ilusiones imperiales en el Norte de África bien cercano a la isla, de la Sicilia de la Segunda Guerra Mundial, del fin del fascismo y la llegada de los aliados. Allí, por supuesto, vive el personaje central de la obra de Camilleri, el comisario Salvo Montalbano. Desgraciadamente para los que conozcan la Vigàta de Camilleri a través de la serie de televisión sobre el comisario Montalbano, tendrán una idea sólo aproximada del sitio de sus novelas, pues la serie fue rodada en la cercana localidad de Ragusa. Así que no basta con ver la serie de televisión, hay que leer los libros para conocer Vigàta.
Tanto es el tirón de Camilleri que las autoridades de Porto Empedocle han aprovechado para atraer a los curiosos con una idea tal vez oportunista, pero sin duda genial: la ciudad, desde hace un tiempo, ha tomado un apellido, ahora es Porto Empedocle Vigàta. Oficialmente.
La segunda novela de Andrea Camilleri, se llamaba Un hilo de humo y trataba de un productor de azufre bastante fullero, frente al cual urden un complot unos comerciantes de azufre. Corría el año 1890 en la novela, y el año 1980 en la biografía de Camilleri. Ese año de gracia Vigàta fue, finalmente, descubierta para el mundo.
La editorial Sellerio y la aparición de Montalbano: La forma del agua
Era lógico que, tarde o temprano, las obras de Andrea Camilleri, un siciliano que escribía sobre Sicilia, acabaran siendo publicadas en una editorial afincada en la propia isla. Seis años después de la publicación de su primer libro aparecía su primer libro editado por Sellerio, unos editores afincados en Palermo y apadrinados por el gran Leonardo Sciascia. Ese libro, La strage dimenticata, que no ha llegado a traducirse al castellano, trataba de una revuelta acaecida en la Sicilia de 1848. Comenzaba así la relación entre Sellerio y Camilleri, sin duda una de las más fructíferas de la literatura italiana.
¿Qué importancia pudo tener el contacto con una editorial asentada y conocedora de los lectores en la elaboración de la carrera como escritor de Andrea Camilleri? Desde 1984 pasaron ocho años antes de vieran la luz más obras. De manera sucesiva aparecieron tres libros más, de los cuales sólo se ha trasladado al español uno de ellos: La temporada de caza. Vende sesenta mil ejemplares y se asienta en el panorama literario italiano como un autor de novelas costumbristas de cierto éxito, buen conocedor de todas las aristas de la vida siciliana y con interesantes recursos dramáticos para conformar su estilo narrativo. Pero durante esos ocho años algo se estaba gestando en la cabeza de Camilleri. Poco a poco fue abandonando todas sus ocupaciones, primero las relacionadas con la televisión, luego con el teatro, al que se había dedicado durante tanto tiempo. Algo le rondaba y debía descubrir qué era.
Finalmente, en 1994, Camilleri publica la primera de las novelas que le han dado fama universal. La idea sobre la que había dado vueltas durante casi una década, había tomado forma. En su debut con El curso de las cosas la trama ya había estado protagonizada por un investigador ciertamente particular, el mariscal Corbo. Por supuesto, Corbo no podía protagonizar una novela ambientada en la Vigàta de nuestros días pues era un hijo del siglo XIX, que ya quedaba bastante lejos. Ni su avanzada edad le permitiría llegar sano a esta época, ni sus ideas se adaptarían bien a la vida moderna. Una nueva figura debía aparecer para servir de guía a las novelas de Camilleri, un nuevo protagonista debía ser presentado en sociedad.
Habían pasado dieciséis años desde su primera novela cuando la editorial Sellerio publicó La forma del agua. Conocimos entonces al catanés Salvo Montalbano, comisario jefe de la policía de Vigàta. Y había venido para quedarse.
Vázquez Montalbán y el éxito de Camilleri: Un mes con Montalbano
“He escogido el nombre de Montalbano porque es un apellido muy común en Sicilia y también como homenaje a Manuel Vázquez Montalbán, escritor que me gusta muchísimo". Este es el génesis del nombre del comisario Montalbano, el hombre que protagonizará a partir de ahora todas sus novelas policíacas ambientadas en la Vigàta de finales del siglo XX. Grandes amigos desde el principio, Camilleri no duda en reconocer que Pepe Carvalho, el detective gastrónomo y pirómano que salió de la pluma del fallecido escritor catalán, fue una de sus referencias para construir al personaje. También lo fue el comisario Maigret de Simenon, con el que ya había tenido contacto gracias a la televisión. Pero, como dijo el propio Montalbán en el prólogo que redactó en 1999 para Un mes con Motalbano, el primer libro de cuentos protagonizados por el comisario jefe de Vigàta, del maestro belga le separaba “una visión lúdica y culta de la indagación”, así como esa forma de estar en el mundo sureña que sólo se puede sentir si se ha nacido y vivido allí. “De mi personaje o de mis novelas alquiladas”, decía el propio Vázquez Montalbán, “le separa el propio sustrato de Camilleri, en ciertas notas coincidentes con el mío, pero menos condicionado por la ansiedad del escritor con voluntad de serlo y demostrarlo que a veces me ha asaltado”. Esta naturalidad con la que Andrea Camilleri practica el oficio de escritor, hasta llegar a un éxito editorial sin precedentes, es digna de ser reseñada. En el verano de 1998, a la edad de 73 años, el autor siciliano colocaba cinco de sus novelas entre las siete más vendidas del panorama literario italiano. Algunos dijeron en ese momento que todo era una gran operación publicitaria montada alrededor de una literatura hipercomercial por unos aviesos editores sicilianos. Pero la realidad es que ni la editorial era propiedad de poderosos prohombres de Sicilia, ni gastaban dinero en publicidad. Ni siquiera se puede considerar las novelas de Camilleri como "hipercomerciales", si aceptamos que esa es una categoría definida perfectamente por Ken Follett cuando confesó que no escribe nada que no haya sido recomendado y santificado por sus encuestadores y directores de marketing.
El éxito de Camilleri responde, según su propio análisis, a la estrategia del "Tam-tam": los treinta mil primeros lectores llamando por teléfono a sus amigos para decirles que no puede ser que no hayan leído aún a Camilleri, y estos treinta mil llaman a otros treinta mil, y así la noticia llega hasta mí, que escribo, o hasta ti, que lees.
El trienio mágico de Montalbano empieza con El perro de terracota
Entre 1995 y 1998 se publicaron cinco novelas y un libro de relatos que colocaron, como hemos mencionado antes, a Andrea Camilleri como el escritor italiano más popular del momento. Tres de esas cinco novelas, además del libro de relatos, formaban parte de la serie del comisario Montalbano en esa Vigàta alumbrada en el sur de Sicilia. Fueron El perro de terracota, El ladrón de meriendas y La voz del violín. Si en La forma del agua se nos había presentado al comisario y a las gentes que lo rodeaban, en este trío de novelas aprendimos a quererlos. Aprendimos a querer a Montalbano, a Salvo, en su serpenteante búsqueda de la verdad y la justicia presionado por la corrupción política por un flanco, y por la bien organizada mafia por el otro. Aprendimos a querer también a su novia genovesa, Livia, una mujer del Norte de Italia a la que veremos luchar por su relación con Montalbano a lo largo de los años. Descubrimos y aceptamos a sus subordinados en la comisaria de Vigàta: al picaflor Augello, al sesudo y confiable Gallo, al cómico Catarella, y a todos los demás. Gozamos con las gentes que rodean a Montalbano: su asistenta Adelina, su cocinero de confianza, Calogero, o esa fascinante mujer sueca de nombre Ingrid. Pero, sobre todo, nos enamoramos de Vigàta, del lenguaje con el que se mostraban y del dialecto en el que se escondían, y de esa doble naturaleza siciliana que se muestra orgullosa y hospitalaria al extranjero, pero al mismo tiempo se oculta de los ojos inquisitoriales que la miden y la juzgan.
En El perro de terracota, Camilleri sentó las bases de su sólido prestigio. En cada obra de la serie de Montalbano, habría un delito (o más de uno) y una investigación, habría una mirada amable a las vidas de los personajes recurrentes en sus novelas, pero, por encima de todo, habría un trasfondo detrás de cada crimen que mostrara algo de la historia de Sicilia, de su presente y de sus posibilidades de futuro. La razón por la que El perro de terracota probablemente sea su mejor novela tiene que ver con que cada una de estas características alcanza su máximo esplendor aquí, en una historia que vira desde el tráfico de armas organizado por la mafia siciliana hasta la clarificación de un amor interrumpido en la Segunda Guerra Mundial.
Las novelas cómico-costumbristas: La ópera de Vigata y La concesión del teléfono
En el "trienio mágico" que va desde 1995 hasta 1998, decíamos, Camilleri escribió cinco novelas. Hemos citado las tres que correspondían a la serie de Montalbano, pero, ¿y las otras dos? Las otras dos novelas que publicó Sellerio en esta época, con las que se abre y se cierra este periodo glorioso, son los dos mejores exponentes de las novelas cómico-costumbristas que se han convertido en la segunda pata sobre la que asienta el edificio literario de este prolífico autor. La primera de ellas, titulada en castellano La ópera de Vigata, transforma en literatura hilarante hasta la carcajada un acontecimiento aparentemente real que sucedió en la población siciliana de Caltanisetta en el año 1875. Allí, el prefecto de la ciudad, o sea, el delegado del gobierno central, un toscano de costumbres del Norte de Italia tan alejadas de los modos y las formas de la población local, decidió inaugurar el recién construido teatro de Caltanisetta con una ópera desconocida, Il birraio de Preston. Lo que en un principio resulta una gran fiesta para los lugareños, acaba convirtiéndose en una ofensa que termina dando lugar a una serie de accidentados y tumultuosos acontecimientos.
La segunda de las novelas, La concesión del teléfono, tal vez es menos conocida pero no por ello menos irónica y divertida. En esta muestra de la gran habilidad para la creación de tramas extraordinariamente rítmicas de la que hace gala Camilleri - sin duda procedente de su larga experiencia teatral -, se nos cuenta la historia de "Pippo" Genuardi, un hombre de negocios que solicita la instalación de una línea telefónica que era, por supuesto, una novedad en la Sicilia de finales del siglo XIX. A través de las diferentes cartas y comunicaciones que se van enviando los protagonistas d este enredo, van apareciendo las envidias, las desconfianzas, los amores ocultos y las maniobras de la mafia, en una época en la que Sicilia se enfrentaba a las novedades que, después de la unificación de Italia, venían desde el Norte.
Quien quiera conocer al Camilleri escritor de novelas históricas debe empezar por estas dos narraciones. Hay en ellas una cocción exacta de los ingredientes singulares de lo que llamamos el género “cómico-costumbrista”: productos tradicionales de la tierra siciliana con una salsa basada en una moderna receta del norte de Italia, todo ello con un procedimiento final de reducción al absurdo.
El futuro adiós de Montalbano: Un giro decisivo y La paciencia de la araña
Es posible que después del "trienio mágico" de mediados de los noventa, Andrea Camilleri no haya alcanzado el mismo nivel literario que mostró en las novelas y relatos de esa época. Aún así, quien esto escribe no ha podido evitar leer todas y cada una de las novelas que han sido traducidas a la lengua castellana (Un inciso: quien pueda leer a Camilleri sin necesidad de traducción, que lo haga, pues la dificultad para traducir al castellano los distintos registros dialectales que utiliza Camilleri es tan grande, que sin duda se pierde parte de su brillantez).
La serie del comisario Montalbano ha seguido progresando, al tiempo que se han producido para la televisión varias de sus novelas y con un resultado muy digno. Cuenta ya con doce novelas publicadas, de las cuales nueve han sido traducidas ya al castellano, además de varias recopilaciones de relatos breves protagonizados por todos los personajes que conocemos de Vigàta.. Sin ser obras maestras del género policiaco (al estilo del sur de Europa), como sí lo son las primeras, nunca pierde ese estilo al tiempo realista, cómico y emotivo. Sin embargo, sería injusto no resaltar la fantástica dupla que constituyen dos novelas escritas entre 2003 y 2004: Un giro decisivo y La paciencia de la araña, donde el vigoroso comisario Montalbano sufre ciertos sucesos en su vida que lo convierten en una persona más sombría, pero al mismo tiempo más empática y sincera con sus propias emociones, las cuales ya no le abandonaran más.
En cuanto a las obras históricas, nunca han perdido el humor y la descripción dura y amistosa, al mismo tiempo, sobre el pasado de Sicilia que las caracterizaron desde el principio. Cabe destacar quizás la más loca y transgresora de todas ellas, La captura de Macalé, donde contemplamos el momento más álgido del fascismo italiano, convertido en farsa, con los intentos de conquista de Abisinia como telón de fondo, a través de las andanzas de un muchachito de corta edad especialmente dotado en algunos terrenos. Y, por supuesto, la recientemente publicada por Destino - la otra editorial, junto a Salamandra, a quien debemos la publicación en España de los libros de Camilleri-, Las ovejas y el pastor donde convierte en novela unos acontecimientos que sucedieron en Sicilia en el año 1945, en medio de la lucha entre latifundistas y trabajadores, con representantes de la Iglesia por medio.
El éxito de Camilleri en España ha provocado también que se traduzcan obras que no pertenecen al género de la narrativa como la maravillosa biografía de su admirado Luigi Pirandello, Biografía del hijo cambiado, que ha publicado la maravillosa editorial Gadir. Entre lo que queda pendiente de traducir al castellano y lo que el propio Camilleri ha anunciado que está en proceso de finalización, aún nos quedan muchas horas de disfrute del heredero de la estirpe de los grandes escritores sicilianos como Gesualdo Bufalino o Leonardo Sciascia. Antes de acabar este escrito con la lista de todas las obras traducidas al castellano, la mejor manera de despedirse son unas palabras del propio Camilleri, sobre Riccardino, la que será la última novela del comisario Montalbano, que ya está escrita (¡sí, ya está escrita!), guardada en la caja fuerte de la editorial Sellerio. Quien no haya leído nunca una línea escrita por Andrea Camilleri sabrá a quéatenerse cuando lea esto:
“He dado "Riccardino” a mi editorial sólo con una condición: que se publique cuando el alzheimer sea irreversible para mí. Entre tanto, con la facultad de entender y desear intactas, me divierto inventandonuevas historias"
Pues eso. Amen.
Bibliografía traducida al castellano... y algunos que vendrán
Los libros del comisario Montalbano
La forma del agua (1994), El perro de terracota (1996), El ladrón de meriendas (1996), La voz del violín (1997), Un mes con Montalbano (1998, relatos), La nochevieja de Montalbano (1999, relatos), La excursión a Tindari (2000), El olor de la noche (2001), El miedo de montalbano (2002, relatos), Un giro decisivo (2003), El primer caso de Montalbano (2004, relatos), La paciencia de la araña (2004), La luna de papel (2005)… y los que publicará próximamente la editorial Salamandra: La vampa d’agosto (2006), Le ali Della sfinge (2006), La pista di sabbia (2007), Il campo del vassaio (2008).
Las novelas históricas, o también “cómico-costumbristas”
El curso de las cosas (1978), Un hilo de humo (1980), La temporada de caza (1992), La ópera de Vigàta (1995), La concesión del teléfono (1998), El movimiento del caballo (1999), La desaparición de Pató (2000), La captura de Macalé (2003), Privado de título (2005), La pensión Eva (2006), La oveja y el pastor (2007), y la biografía de Pirandello, Biografía del hijo cambiado (2000).