martes, 10 de febrero de 2009

SIN EMBAJADOR ARGENTINO EN ROMA

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).
En el programa Sin Saco y Sin Corbata, por AM América, el senador italiano Esteban Juan Caselli, del partido Il Poppolo della Libertá, de Silvio Berlusconi, advirtió que la embajada argentina en Roma lleva 11 meses vacante.
El dato es interesante considerando que la colectividad de descendientes de italianos es, junto a la de descendientes de españoles, la más numerosa de la población argentina.
Sin embargo, con los Kirchner ha ocurrido un progresivo distanciamiento de Italia, en parte por el reclamo de miles de jubilados italianos estafados por el default del Estado argentino.
La delegación diplomática argentina tiene su sede en Piazza dell'Esquilino 2 y su anterior jefe, Victorio Taccetti, fue regresado en marzo de 2008 a Ciudad de Buenos Aires, cuando Cristina de Kirchner lo designó vicecanciller en reemplazo del renunciante Roberto García Moritán, en medio del escándalo por la importación irregular de automóviles con franquicia para uso diplomático.
Hasta la fecha, no se designó al reemplazante de Taccetti, lo que supone que el Estado argentino tampoco tiene embajador ante San Marino, Albania y Malta, territorios que cubre ese destino diplomático, además de Italia.
En cambio sí hay embajador ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero.
Italia sí tiene embajador ante el Gobierno argentino: Stefano Ronca.
Caselli dijo que la Argentina solamente parece tener política de relaciones exteriores para con Cuba, Venezuela y Bolivia. Puede resultar algo exagerado, para algunos, cuando Cristina de Kirchner se encuentra de viaje por España. Pero no lo es cuando se evalúa que en España, la Presidente no hizo más que negar conflictos y colisiones con los dueños de casa.
Italia tiene actualmente la presidencia del Grupo de los 8 (que integra junto a USA, Canadá, Rusia, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido), además de participar del G-20, al igual que la Argentina.
España no integra el G-8 y asiste a las reuniones del G-20 invitado por Nicolás Sarkozy, en una de las sillas que podría ocupar Francia.