La guerra contra la cocina molecular no ha hecho más que empezar. Primero fue Santi Santamaría y ahora Italia se suma a esta cruzada, prohibiendo la utilización de algunos aditivos y productos químicos como el nitrógeno líquido.
Aplaudida esta iniciativa por los defensores de la cocina tradicional italiana, tuvo sus orígenes cuando un programa de televisión muy popular “Stricia la Notizia” denunció el uso de sustancias químicas en las comidas sin que lo supieran los clientes.
Dicho programa la emprendió contra Adriá, embajador de la cocina molecular, y pidió al gobierno que tomara medidas en este asunto. Un año más tarde y después de mucha presión mediática, una orden ministerial publicada en el Boletín del estado prohíbe el uso de estas sustancias “en mérito a la salud del consumidor en el sector de la restauración”.
Esta normativa prohíbe elementos químicos, reitera la prohibición de la utilización de otros elementos químicos y obliga a notificar en los menús los aditivos o productos alérgenos.
Esta orden ministerial también prohíbe el uso en la cocina de cualquier sustancia gaseosa, menos las autorizadas por la UE. De hecho, el nitrógeno líquido se prohíbe no por su toxicidad sino por su alta capacidad inflamable.