viernes, 19 de diciembre de 2008

CONOCIENDO SICILIA: HABLEMOS UN POCO DE SU CULTURA

La Opera dei Pupi, cuyo origen se remonta al siglo XIX, conforma un espectáculo protagonizado por grandes marionetas, y aparece entre los más emblemáticos de Sicilia. Representa epopeyas de la Edad Media como el Cantar de Rolan u obras de Ariosto y Tasso. A través de las aventuras de valientes caballeros medievales luchando contra los infieles, aparecen con frecuencia algunos rasgos de la sociedad siciliana actual.
El italiano es el idioma oficial de la isla; sin embargo, gran parte de la población -incluso los más jóvenes- hablan el dialecto siciliano. Sicilia ha conservado de sus diversos ocupantes un singular patrimonio arquitectónico. Antigua colonia griega, la isla posee vestigios helénicos tales como el valle de los Templos de Agrigento, los templos de Selinonte o Segesta y, por supuesto, la mítica Siracusa. Del encuentro entre las culturas árabes y normandas nació en la Edad Media un estilo híbrido enriquecido con elementos bizantinos (capilla palatina de Palermo, catedral de Cefalú).
En el campo de la pintura, la historia ha recordado únicamente el nombre de Antonello da Messina (1430-1479), que trabajó principalmente en Nápoles, Venecia y, tal vez, en Roma. Su obra refleja numerosos referentes de la pintura flamenca. El Museo Mandralisca de Cefalú conserva un extraño y anónimo retrato del artista.
Sicilia puede enorgullecerse de haber contribuido con Vincenzo Bellini (1801-1835) al arte lírico; entre sus obras, destacan las famosas óperas Norma y La Sonámbula.
La literatura italiana debe mucho al dramaturgo siciliano Luigi Pirandello (1867-1936; Seis personajes en búsqueda de autor), premio Nobel en 1934. El gatopardo de Guiseppe Tomasi di Lampedusa evoca la decadencia del orden feudal en la isla durante la unificacin italiana; Luchino Visconti llevó esta obra a la pantalla en 1963. Leonardo Sciascia (1921-1989) dedicó su trabajo a la descripción de las costumbres de su Sicilia natal. Su novela más famosa, El día de la lechuza, relata el dominio de la mafia sobre la sociedad siciliana. La repostería certifica las raíces árabes de la isla: la cassata, helado relleno de requesón y frutas confitadas; los cannoli, masa hojaldrada enrollada y guarnecida de leche de oveja, pistachos y marsala, o bien los almendrados senos de la virgen. Para soportar la temporada estival, nada más refrescante que una buena granita, compuesta de hielo picado aromatizado con diferentes gustos a elegir. Junto a su inclinación por los dulces, los sicilianos aprecian los productos del mar, en particular el atún y el pez espada, que se pescan alrededor de la isla. Las pastas se saborean esencialmente con salsa de tomate, condimentada con guindillas o berenjenas, alle sarte (con sardinas, pasas, azafrán, cebollas y aceite); con mejillones, berberechos o tinta de sepia. Tercera región vinícola de Italia, Sicilia es famosa por su marsala, un vino dulce criado en la ciudad homónima.
El 98% de los sicilianos profesan el catolicismo; no obstante la práctica religiosa constituye un hábito más implantado entre las mujeres.