Para conseguir el permiso de residencia, medida que ya existe en algunos países, como Canadá, los inmigrantes deberán firmar un acuerdo de integración en el que se comprometen a aprender italiano, conocer la Constitución, inscribirse al Servicio Sanitario Nacional y llevar a sus hijos a la escuela, entre otros requisitos.
Si después de dos años en Italia, el inmigrante consigue los 30 puntos necesarios, obtendrá el permiso de residencia. Sino, tendrá un año más para intentarlo y si después de este tiempo no lo ha conseguido, será expulsado del país. Además, si el candidato comete algún delito, perderá puntos.
Según el ministro Maroni, este sistema garantizará la integración. "Yo te digo lo que tienes que hacer para integrarte. Si lo haces, te doy el permiso, si no lo haces, significa que no te quieres integrar", explicó. Aun con todo, la medida se aplicará únicamente a los nuevos permisos y los inmigrantes no deberán pagar los cursos de lengua.