lunes, 24 de agosto de 2009

´Yo no pago la mafia´: Sicilia pierde el miedo


A los sicilianos no les gusta hablar de la mafia con los extranjeros, lo consideran una cosa privada, Cosa Nostra la llaman, pero la Mafia existe y ha escrito su historia con sangre por toda la isla a lo largo de los últimos siglos. Sangre de hombres valientes como los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino que trataron de acabar con la organización criminal y fueron asesinados en 1992, cuando sus investigaciones comenzaron a implicar a la Administración del estado, y sangre de ciudadanos que se negaban a pagar el 'pizzo', la tasa de protección que se paga periódicamente y que la organización criminal exige a aquellos que tienen un negocio o un comercio. Según datos de la Fiscalía de Palermo, un 80% de los comerciantes paga a la mafia y todo aquel que no lo hace se arriesga a sufrir intimidaciones, primero será un incendio en su local, después vendrán los ataques que pueden suponer desde lesiones hasta la muerte. Según la Confederación Italiana de Comerciantes, la mafia recauda casi 100.000 millones de euros sólo en Italia.
En 2004 unos amigos que querían abrir un bar se plantearon qué iban a hacer si les llegaba la petición del dinero de la extorsión. No abrieron el bar pero dieron origen a una revolución en la isla contra la opresión de la mafia. Una mañana de junio las calles barrocas de Palermo despertaron tapizadas de adhesivos donde se leía: "Un pueblo entero que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad". Desde entonces aquellos jóvenes y otros muchos dan vida al Comité AddioPizzo, una asociación que ayuda a los que deciden oponerse a esta forma de opresión. Y dentro de esta asociación se creó "La lista de consumo crítico", que engloba ya a 420 emprendedores y comerciantes que se oponen públicamente a la extorsión, de esta forma los consumidores saben a quién comprar sin que su dinero beneficie a la mafia.
Una última iniciativa fruto de este movimiento ha sido la creación del 'punto pizzofree L'Emporio', ideado por Fabio Messina, 30 años, comerciante inscrito en la asociación. Con su enoteca, ha decidido dar un paso más y ayudar a sus colegas centralizando en un pequeño gran supermercado el punto de venta de los productos libres de 'pizzo'. "Así es más fácil también para los consumidores que en vez de andar de una tienda a otra, pueden encontrar todo lo que necesitan en el mismo lugar", -dice Valeria di Leo, esposa de Fabio. Aquí se pueden encontrar objetos de madera y cerámica, artesanía tradicional y productos biológicos de las cooperativas que gestionan terrenos confiscados a la mafia, como vinos, pasta y conservas, además del punto Internet más económico de Palermo (1 euro/hora).
El punto pizzofree se encuentra en pleno centro de Palermo, en vía Vittorio Emanuele, 172, a pocos pasos de la Antica focacceria San Francesco, un restaurante histórico de la ciudad, abierto en 1834, por donde pasaron entre otros ilustres, Garibaldi o Pirandello y que ahora es también un lugar simbólico de esta nueva lucha contra el crimen organizado. El propietario, Vincenzo Conticello señaló con el dedo ante un tribunal a los hombres que puntualmente se presentaban a pedirle el 'pizzo', decidiendo así la condena de los extorsionadores. Desde entonces vive amenazado de muerte y va siempre acompañado de escolta policial. El juez Falcone dijo poco antes de ser asesinado: "Quien tiene miedo muere cada día, quien no tiene miedo sólo muere una vez". Los comerciantes que se han unido para negarse a pagar a la mafia,están consiguiendo erradicar el miedo y mantener viva la libertad en las calles de Palermo.