sábado, 29 de agosto de 2009

Hacia una gestión integral moderna de los residuos


Hace ya muchos años que el reciclado no es ninguna novedad, ni en Argentina ni en el mundo. El problema era que el tratamiento de los residuos se hacía, y en algunos lugares se sigue haciendo de manera incorrecta o al menos parcial, debido especialmente a la utilización de basurales. Una gestión integral de los residuos debe contemplar la minimización, recolección, alguna forma de tratamiento y la disposición final de los mismos. El problema es que en nuestro país, en lugar de hacer una correcta disposición final, se arrojaban los residuos en basurales a cielo abierto. De poco servía en ese caso realizar modernos sistemas de separación y reciclado si al final se arrojaban los residuos a basurales.
La situación afortunadamente está cambiando, y los rellenos sanitarios, que antes eran utilizados sólo en el Área Metropolitana de Buenos Aires por CEAMSE, ahora comienzan a reemplazar lenta pero inexorablemente a los basurales.
La diferencia entre un Relleno Sanitario y un basural es enorme, dado que mientras en un basural los residuos se descargan a cielo abierto y contaminan el agua, el aire y la tierra, un relleno sanitario es una obra de Ingeniería que requiere una infraestructura y una operación de alta complejidad para instalar un sistema que impida la contaminación y utilice los mejores controles ambientales.
A medida que esta práctica continúe generalizándose, es necesario seguir adelante e incluir con mayor énfasis los conceptos de separación y reciclaje. Hay numerosos motivos para esto, algunos beneficios directos son los derivados de una minimización del “rechazo” de residuos enviados a disposición final, y otros son la recuperación, valoración y comercialización de los elementos reciclables. También hay beneficios indirectos, que son los que representan para el ambiente de manera genérica aspectos tales como un menor uso de energía o una menor utilización de recursos no renovables. Pero aunque haya muchas formas de reciclado y tratamiento, todo comienza siempre por una clasificación bien realizada. Para esto es necesario que se comience con la separación en origen, o sea en los hogares, con la ayuda y el compromiso de quienes generamos la basura. La actividad del cirujeo o del cartoneo nada tienen que ver con lo ambiental, aunque está claro que en momentos de crisis como la del 2002 se transformaron en una cuestión social casi de supervivencia que sólo puede ser negada por la insensibilidad política y hasta moral, pero que no debe confundirse con una correcta separación ni con la generación de trabajo digno.
Para la separación en origen es necesario lograr una amplia adhesión de la comunidad para que las bolsas recolectadas (o los contenedores, acorde a la alternativa elegida), realmente contengan lo que se especifica en la campaña.
Los procesos de gestión integral de los residuos también han sido alcanzados por el desarrollo científico y tecnológico, y los Rellenos sanitarios de CEAMSE incorporan cada vez más tecnología, garantizando que no se contamine, pero también están siendo actualmente acompañados – no reemplazado - por nuevas alternativas de avanzada tecnología, aunque muchos estén todavía en estudio. Esto se debe al rechazo de algunos sectores sociales a la instalación de nuevos Rellenos, efecto que se da en todo el mundo.
Algunas de estas nuevas alternativas tienen nombres todavía poco conocidos por muchos, como la gasificación en lecho fluido, la descomposición o reestructuración molecular, la estabilización orgánica biológica, la degradación metabólica de los componentes orgánicos, la estabilización química controlada, el plasma, y sigue una larga lista, todas con una reducción drástica de rechazo enviada a disposición final, la que siempre deberá disponerse en Rellenos sanitarios.
Hoy por hoy es tan absurdo - tan poco “moderno” - suponer que con el reciclado alcanza para deshacernos de toda la basura, como no entender que la separación para el reciclado y para otros tratamientos resulta ya imprescindible. Los nuevos sistemas que están recién siendo estudiados en nuestro país, y algunos están en operaciones en países desarrollados, tienen un plus muy importante, y es que, al igual que las nuevas tecnologías de los rellenos sanitarios, disminuyen las emanaciones de los denominados gases efecto invernadero, (que genera bonos de carbono mediante el Protocolo de Kyoto), y muchos tienen otro adicional, que es la generación de “energía limpia” a través de turbinas, produciendo electricidad sin consumo de recursos no renovables.Es por esto que, ya sea para minimizar la disposición final, para aprovechar recursos para valorizar y reciclar por los motivos tradicionales, o para la etapa inicial de toda esta nueva gama de tratamientos alternativos con alta tecnología, siempre se necesita una actividad previa de separación, clasificación y acondicionamiento.
Sería hipócrita que nos llenemos la boca de terminología ecológica, de la salud y el cuidado del ambiente, para pretender luego no participar. El compromiso y la acción son la forma de demostrar que realmente queremos luchar por un mejor ambiente para nosotros, para las generaciones que nos siguen, nada menos que nuestros hijos y nuestros nietos.

Por: Dr. César Rodríguez
Economista
Master en Ciencias Políticas
Especialista en temas ambientales