JUANCHO ASENJO
En el corazón de la Sicilia occidental se esconde uno de los rincones más bellos y sugestivos de la mayor isla del Mediterráneo: Terre Sicane, vieja y renombrada tierra que pertenece a las provincias de Palermo y Agrigento. Atraviesa los municipios de Contessa Entellina, Menfi, Montevago, Sambuca di Sicilia y Santa Margherita di Belice. De aquí era el vino que Julio César llevó a Francia, como cuenta en la Guerra de las Galias. Es un itinerario entre la historia, el arte y las tradiciones. Griegos, árabes, romanos, suevos, angevinos, sicanos, españoles, alemanes, norteamericanos... pueblos y culturas que han enlazado sus destinos en una comarca que paso a paso ha buscado su propio camino.
Suenan en lontananza los mágicos acordes del racial 'Intermezzo' de la ópera 'Cavalleria Rusticana' de Mascagni recorriendo tierras por donde parece que el tiempo se ha detenido. La oscuridad cae de repente y todo lo que era luz se desvanece dentro de un panorama cambiante donde la montaña convive con el mar y la llanura con las colinas como referente visual. Mientras, aparecen escondidas en los recodos más infranqueables bodegas monacales con recuerdos de monasterios franciscanos del medievo donde la austeridad y el silencio son la norma. Son conocidas con el nombre de 'Baglio' ('bagghiu' en siciliano) y se refieren a las antiguas haciendas rurales ('masserie') sicilianas, con un aspecto exterior fortificado por un muro con un amplio patio interior donde habitaba la gente noble del lugar. Siempre situados en ubicaciones altas desde donde el control fuera posible y cercanas a un aljibe que asegurase el suministro de agua. 'Baglio' es una palabra muy ligada al latifundismo; eran grandes haciendas agrícolas habitadas no sólo por los propietarios de los terrenos sino también por los campesinos que trabajaban todo el año o los que lo hacían sólo de forma estacional. Estaban dotadas de numerosos alojamientos para las personas y galpones que guardaban los aperos de labranza y los tesoros del campo.
Suenan en lontananza los mágicos acordes del racial 'Intermezzo' de la ópera 'Cavalleria Rusticana' de Mascagni recorriendo tierras por donde parece que el tiempo se ha detenido. La oscuridad cae de repente y todo lo que era luz se desvanece dentro de un panorama cambiante donde la montaña convive con el mar y la llanura con las colinas como referente visual. Mientras, aparecen escondidas en los recodos más infranqueables bodegas monacales con recuerdos de monasterios franciscanos del medievo donde la austeridad y el silencio son la norma. Son conocidas con el nombre de 'Baglio' ('bagghiu' en siciliano) y se refieren a las antiguas haciendas rurales ('masserie') sicilianas, con un aspecto exterior fortificado por un muro con un amplio patio interior donde habitaba la gente noble del lugar. Siempre situados en ubicaciones altas desde donde el control fuera posible y cercanas a un aljibe que asegurase el suministro de agua. 'Baglio' es una palabra muy ligada al latifundismo; eran grandes haciendas agrícolas habitadas no sólo por los propietarios de los terrenos sino también por los campesinos que trabajaban todo el año o los que lo hacían sólo de forma estacional. Estaban dotadas de numerosos alojamientos para las personas y galpones que guardaban los aperos de labranza y los tesoros del campo.
Mafia, emigración, abandono
Terre Sicane es la zona latifundista siciliana por excelencia y lugar de partida de emigrantes con destino a Europa o América, donde han poblado muchos lugares, mientras que aquí siguen abiertas las heridas causadas por el abandono que han sufrido por parte de quienes buscaban una fortuna inalcanzable en su depauperada tierra natal. El panorama está presidido por pueblos deshabitados, carreteras oscuras sin apenas tránsito y una gente campechana, con mirada desconfiada pero de amabilidad sincera. Es tierra dominada por la Mafia, con aspectos tan inexplicables como esa 'corva della quaglia', la curva de la codorniz, en una carretera sobre un altísimo viaducto que hace un saliente con forma de herradura para sortear un sencillo nido de codornices. Es la paradoja de la desorganización que lleva a un caos ordenado. No hay un orden platónico de las cosas, pero sí una conjunción de elementos que crean belleza. Las actuales bodegas recogen el legado de las generaciones anteriores pero miran a los nuevos mercados sin titubear. El vino supone una parte importante en la vida de la gente. Pero, además, es la zona de Italia que está sufriendo con mayor crudeza la crisis sin encontrar una solución inmediata a sus problemas. La mujer ha ido adquiriendo un papel protagonista en estos últimos años y sin ella no es posible comprender la realidad actual. Lo han adquirido ejerciendo de enólogas y, sobre todo, en la importantísima labor de informar, comunicar y vender la tierra; su querida tierra. Es la única manera de que esta sociedad atávica de odios y amores -"odi et amo", que decía el gran poeta latino Catulo- cambie de una vez por todas y decida instalarse en el futuro.
Denominaciones de origen y sus castas
En el interior de la isla de Sicilia la mayor parte de los grandes vinos están amparados por la IGT (Indicación Geográfica Típica) Sicilia y algunos dispersos por algunas de las denominaciones de origen de nuevo cuño a lo largo del territorio. Terre Sicane posee cuatro DOC (Denominaciones de Origen Controladas) creadas en los tres últimos lustros: Contessa Entellina, Menfi, Sambuca y Santa Margherita Belice. Nombres como Planeta, Settesoli (una de las cooperativas más grandes del mundo, y la mayor de Italia con 6.500 hectáreas y 2.300 propietarios) o Donnafugata nos muestran el potencial. Todas estas bodegas mezclan vinos con su propia DOC junto a aquellos que salen como IGT, equivalente a un vino de la tierra. Son zonas donde dominaban las castas foráneas plantadas hace 10-15 años y donde se ha intentado recuperar en estos últimos años castas locales. Era una sucesión de pequeñísimas propiedades de diferentes dueños y no ha sido nada fácil ir comprando esas diminutas realidades para conseguir una bodega de un tamaño considerable. Algo que se ha conseguido en estos últimos años. Contessa Entellina: Situada en la provincia de Palermo. Los vinos blancos se elaboran con las castas ansonica (inzolia) en un mínimo de un 50%, catarratto, grecanico, chardonnay, müller-thurgau, sauvignon, pinot bianco, grillo y otras. Entre los tintos domina la calabrese (como se denomina aquí a la nero d'avola) y la syrah, junto a otras variedades locales y foráneas. Menfi: En Menfi, Sciacca, Sambuca di Sicilia (Agrigento) y Castelvetrano (Trapani). Está dividida en dos subzonas: Feudo dei Fiori y Bonera. Los vinos blancos se elaboran con ansonica (inzolia), grecanico y/o chardonnay en un mínimo de un 75% y otras. Entre los tintos, nero d'avola, syrah, cabernet sauvignon, merlot y/o sangiovese en un 85%. Sambuca di Sicilia: En la provincia de Agrigento. Los vinos blancos se elaboran con ansonica (inzolia) en un mínimo de un 50% y otras como chardonnay y grecanico. Los tintos, con nero d'avola (50% mínimo) junto a cabernet sauvignon, sangiovese, merlot y syrah. Santa Margherita Belice: Situada en la provincia de Agrigento. Los vinos blancos se elaboran con ansonica (inzolia) entre un 30 y un 50% y grecanico y/o catarratto del 50 al 70%. Los tintos, con nero d'avola (50% mínimo) junto a cabernet sauvignon y sangiovese (50-80%). Las bodegas más importantes son: Donnafugata, Planeta, Cooperativa Settesoli, Cantina Barbera, Lanzara, Feudo Arancio, Mandrarossa, Di Prima y Alessandro de Camporeale, ya en los límites
Viticultura: sistemas de conducción
El sistema de conducción con más tradición es el 'alberello' o vaso, cuyo origen es griego y se adapta a la perfección a la viticultura de calidad. En climas secos y ventosos encuentra un hábitat idóneo. En los pasados años 60 y 70 se arrancó una gran cantidad de viñas y se implantaron otros sistemas de conducción como la espaldera, debido a la dificultad para mecanizar el cultivo de la vid. Sin embargo, en los últimos años hemos asistido a su revitalización. En la actualidad ocupa el segundo puesto en extensión, precedido por la espaldera y seguido del clásico y productivo tendón. Resulta difícil de usar el tradicional 'cordone speronato' con terrenos pobres que dan 13.000 0 14.000 kilos por hectárea. Sólo el 25% de la producción se embotella mientras el resto se intenta vender a granel. así que cuanto más se produzca, mejor: el círculo vicioso que también conoce la mitad sur de España. Los marcos de plantación no son muy estrechos: 3.800 cepas por hectárea en las castas internacionales y entre 3.400 y 3.500 las locales (aunque hablar de autóctono en Sicilia es una rareza por sus múltiples culturas). Se permite la irrigación (algo no frecuente en Italia). La grecanico es una casta muy abundante procedente de Grecia. Los agricultores la abandonaban porque llegaba a 10,5º con una acidez algo desprendida. Se pagaba poquísimo por ella y no era posible mantenerla para los agricultores. Los precios alcanzaban los 0,12-0,15 euros/kilo para un rendimiento de 14.000 kilos /hectárea. Hoy día, se está utilizando para elaborar espumosos que van encontrando su nicho de mercado gracias a la colaboración con técnicos del Trentino que han llegado a Sicilia para enseñar a elabora. Se extiende a lo largo de 35.000 hectáreas. Entre las castas tintas, la merlot produce unos 9.000 kilos por hectárea como la cabernet, mientras la syrah es más productiva con 12.000 kilos por hectárea.
Historia y lugares
Se mezclan de forma indisoluble leyendas y vino. Es la tierra del Gattopardo, aquella memorable novela de Tommasso di Lampedusa llevada al cine por Visconti (cuya villa se encuentra ubicada en Santa Margherita Belice) El paisaje contempla una sucesión de llanuras y rocas, sabores sicilianos y viejas tradiciones árabes. Las vides, compañeras inseparables del viaje, acompañan carreteras tortuosas, estrechas que llevan a Contessa Entellina, un pintoresco pueblo al pie del Monte Genuardo de vocación predominantemente agrícola. Es una población, creada en 1450 sobre las ruinas de un antiguo 'casale' abandonado, que cuenta hoy con cerca de 2.000 habitantes. Más tarde fue reconstruida y repoblada por soldados albaneses que habían prestado servicio al rey de Nápoles en 1448. Sus habitantes han mantenido la lengua, los ritos y las costumbres de los invasores. Cerca de Sambuca de Sicilia se encuentran las excavaciones de Monte Adranone (griego del s. VI a.C.) destruido en el año 250 a.C. durante la Primera Guerra Púnica. Sus orígenes se remontan al desembarco al desembarco de los musulmanes en el año 827 y al emir Al-Zabut “El Espléndido”. En tiempos más remotos fue habitada por los Elimi y por los Sicanos Sambuca fue fundada por el emir Al-Zabut 'El Espléndido'. Quedan testimonios en el barrio Vicoli Sraceni y en la fortaleza de Mazzallakkar encima del lago Arancio. Fue Sambuca Zabut hasta 1923.. El terrible terremoto que golpeó el valle de Belice también destruyó Montevago (fundado en 1636) donde se cultivan cítricos, uva, aceituna y chumberas. Santa Margarita de Belice fue fundada por el Barón de Corbera, antepasado del escritor Giuseppe Tommasso di Lampedusa. Por supuesto, el lugar más visitado es el Palacio del Gattopardo. Aquí, los Corbera y los Filanseri hospedaron a la 'Donnafugata' (la reina María Carolina de Borbón). Menfi es un pueblo eminentemente agrícola, con un altiplano a 400 metrosa altitud. Porto Palo, balneario con su playa de arena que se extiende sin descanso a lo largo del Golfo, es un lugar relajante y habitado por escasas personas: entre calas y dunas de arena emerge un ambiente silente sólo perturbado por el viento de África que ha generado una vegetación mediterránea. Selinunte es un lugar de importancia mundial por la grandiosidad de sus templos dóricos, fundado en el año 628 a.C. sobre dos colinas circundadas por el mar. Fue una importante ciudad griega destruida primero por los cartagineses, aliados de la enemiga Segesta, y después por un violento terremoto en época bizantina. Terre Sicane, continúa su lucha por ser descubierta después de 2.500 años. Son un viaje y una misión que merecen la pena.