El primer ministro francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidieron que la Unión Europea aplique una tasa de carbono a las importaciones procedentes de países que no se sumen a un acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático, que está en cuestión desde el fracaso de la cumbre de Copenhague el pasado diciembre. El objetivo de esta nueva tasa sería evitar deslocalizaciones de empresas europeas a territorios que imponen menos exigencias medioambientales.
Sarkozy y Berlusconi escribieron una carta conjunta al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, para reclamarle que presente el próximo mes de junio propuestas concretas para crear esta tasa.
Este mecanismo "permitiría reducir el riesgo de fugas de carbono (es decir, deslocalizaciones de empresas) al incitar a los países terceros a adoptar medidas de reducción de sus emisiones", subrayan Sarkozy y Berlusconi en su misiva. "Así, todo el mundo sabría que, si rechaza asumir compromisos suficientes en los sectores afectados, se aplicaría a sus productos una recarga equivalente al esfuerzo previsto en la UE", prosigue la carta.
La imposición de esta tasa permitiría reforzar la posición negociadora de la UE en las negociaciones sobre cambio climático y obligar a los principales socios a asumir compromisos, sostienen los dos mandatarios.