Oficialmente la empresa fabricante de autos italiana Fiat es la nueva propietaria de la estadounidense Chrysler, la más pequeña de las llamadas "tres grandes" automotrices estadounidenses.
Se anunció la exitosa conclusión de las negociaciones mediante las cuales Fiat asumirá el 20% de los activos de Chrysler, como parte de un nuevo consorcio integrado por sindicatos y los gobiernos de Canadá y Estados Unidos.
El presidente de Fiat, Sergio Marchionne, ha sido nombrado jefe de la nueva compañía que se conocerá con el nombre de "Nueva Chrysler", aunque las marcas de sus autos seguirán siendo las de la Chrysler tradicional.
"Estamos trabajando en desarrollar nuevos vehículos amables ambientalmente, energéticamente eficientes y de alta calidad que pretendemos que sean la marca de Chrysler en lo adelante", se lee en el primer comunicado oficial de la nueva empresa.
Sin dinero
La nueva Chrysler anunció la pronta reapertura de las plantas de ensamblaje que fueron cerradas durante el proceso de bancarrota, que le costaría a la compañía unos US$ 100 millones al día.
Aunque Fiat sólo adquiere el 20% de la "Nueva Chrysler" será la encargada de administrar la empresa.
Eventualmente podría aumentar su participación hasta un 35%, según lo pactado con el equipo de trabajo para la industria automotriz creado por el presidente Barack Obama, aunque para incrementar su paquete accionario la empresa deberá pagar primero los fondos federales que se usaron para mantener a flote a la compañía a principios de 2009.
El negocio no ha implicado pago alguno por parte de los italianos de quienes el gobierno estadounidense espera el aporte de transferencia tecnológica y un cambio cultural que permita a Chrysler repuntar en el negocio automovilístico.
Conocedores del negocio automotor consideran que la experiencia de Fiat puede ser útil en la recuperación de la estadounidense, ya que hace apenas cinco años la italiana era una empresa en problemas y al borde de la liquidación.
Adicionalmente Fiat usará la red de distribuidores de Chrysler para comercializar sus autos en el mercado estadounidense, el cual abandonó en la década de los ochenta tras varios años sin lograr calar en el gusto de los consumidores locales.
Luz verde
El acuerdo se anunció un día después de que la Corte Suprema de Justicia diera luz verde a las negociaciones entre ambas empresas, las mismas que el lunes había dejado en suspenso por una orden preventiva de la magistrada Ruth Bader Ginsberg.
Al máximo tribunal le tomó menos de 24 horas decidir que la demanda presentada por un grupo de inversionistas minoritarios del estado de Indiana no demostraba los méritos suficientes para que se mantuvieran en suspenso las negociaciones.
La Casa Blanca había argumentado ante la Corte Suprema la inconveniencia de detener el proceso de integración de la nueva Chrysler, asegurando que se corría el riesgo de que Fiat se retirara de las negociaciones y de que la automotriz estadounidense no pudiera salir del estado de bancarrota en el que se declaró hace poco más de un mes.
También la víspera la Corte Suprema rechazó un recurso presentado por un grupo de concesionarios que cuestionaban la legalidad de la decisión de Chrysler de rescindir sus contratos.
Con el visto bueno de los magistrados, Chrysler podrá ahora eliminar 789 puntos de venta que considera de bajo rendimiento, el 25% del total de concesionarios, lo que considera parte crucial del proceso de reestructuración.
Fuente: BBC /Carlos Chirinos
El presidente de Fiat, Sergio Marchionne, ha sido nombrado jefe de la nueva compañía que se conocerá con el nombre de "Nueva Chrysler", aunque las marcas de sus autos seguirán siendo las de la Chrysler tradicional.
"Estamos trabajando en desarrollar nuevos vehículos amables ambientalmente, energéticamente eficientes y de alta calidad que pretendemos que sean la marca de Chrysler en lo adelante", se lee en el primer comunicado oficial de la nueva empresa.
Sin dinero
La nueva Chrysler anunció la pronta reapertura de las plantas de ensamblaje que fueron cerradas durante el proceso de bancarrota, que le costaría a la compañía unos US$ 100 millones al día.
Aunque Fiat sólo adquiere el 20% de la "Nueva Chrysler" será la encargada de administrar la empresa.
Eventualmente podría aumentar su participación hasta un 35%, según lo pactado con el equipo de trabajo para la industria automotriz creado por el presidente Barack Obama, aunque para incrementar su paquete accionario la empresa deberá pagar primero los fondos federales que se usaron para mantener a flote a la compañía a principios de 2009.
El negocio no ha implicado pago alguno por parte de los italianos de quienes el gobierno estadounidense espera el aporte de transferencia tecnológica y un cambio cultural que permita a Chrysler repuntar en el negocio automovilístico.
Conocedores del negocio automotor consideran que la experiencia de Fiat puede ser útil en la recuperación de la estadounidense, ya que hace apenas cinco años la italiana era una empresa en problemas y al borde de la liquidación.
Adicionalmente Fiat usará la red de distribuidores de Chrysler para comercializar sus autos en el mercado estadounidense, el cual abandonó en la década de los ochenta tras varios años sin lograr calar en el gusto de los consumidores locales.
Luz verde
El acuerdo se anunció un día después de que la Corte Suprema de Justicia diera luz verde a las negociaciones entre ambas empresas, las mismas que el lunes había dejado en suspenso por una orden preventiva de la magistrada Ruth Bader Ginsberg.
Al máximo tribunal le tomó menos de 24 horas decidir que la demanda presentada por un grupo de inversionistas minoritarios del estado de Indiana no demostraba los méritos suficientes para que se mantuvieran en suspenso las negociaciones.
La Casa Blanca había argumentado ante la Corte Suprema la inconveniencia de detener el proceso de integración de la nueva Chrysler, asegurando que se corría el riesgo de que Fiat se retirara de las negociaciones y de que la automotriz estadounidense no pudiera salir del estado de bancarrota en el que se declaró hace poco más de un mes.
También la víspera la Corte Suprema rechazó un recurso presentado por un grupo de concesionarios que cuestionaban la legalidad de la decisión de Chrysler de rescindir sus contratos.
Con el visto bueno de los magistrados, Chrysler podrá ahora eliminar 789 puntos de venta que considera de bajo rendimiento, el 25% del total de concesionarios, lo que considera parte crucial del proceso de reestructuración.
Fuente: BBC /Carlos Chirinos