lunes, 4 de octubre de 2010

Italia busca becarios para sus fuerzas armadas

(Roma, Italia). Italia, consciente cada vez más de la necesidad de conseguir soldados jóvenes y brillantes para renovar su ejército profesional, ha comenzado una novedosa campaña de reclutamiento.

Para llenar los cuarteles, el Ministerio de Defensa italiano ha lanzado un programa de tres semanas de pasantías militares (bautizadas como “Vive las Fuerzas Armadas”) destinadas a seducir a hombres y mujeres de entre 18 y 30 años para que sigan una carrera profesional en el Ejército, la Armada, las Fuerzas Aéreas o los Carabinieri cerca de los ciudadanos.

Esta iniciativa estará en marcha hasta 2012 y tiene como objetivo abrir el mundo militar a la sociedad y multiplicar el número de jóvenes voluntarios.

Italia suspendió el servicio militar obligatorio en 2005, por lo que en consecuencia el Ejército está integrado ahora exclusivamente por militares profesionales. Según el Ministerio de Defensa, en las Fuerzas Armadas italianas hay en este momento 288.066 “voluntarios”. Hasta la década de 1970, cuando los jóvenes italianos eran obligados a pasar 10 meses en el Ejército bajo amenaza de cárcel si no lo hacían, las Fuerzas Armadas tenían unos 400.000 efectivos.

Se espera que el Gobierno italiano decida en 2011 si deroga definitivamente el reclutamiento obligatorio o introduce un sistema mixto, en el que se haría a través de un periodo en prácticas, según ha explicado el coronel Pier Vittorio Romano, uno de los organizadores de la iniciativa. Las pasantías no funcionan como una forma directa de contratación de personal: si el aprendiz disfruta de las tres semanas como becario y decide convertirse en soldado, él o ella deberá pasar un examen estatal.

Los 1.200 participantes escogidos este año (se han reservado 351 plazas para mujeres) recibirán un intenso entrenamiento, tanto teórico como práctico. Entre otras cosas, estudiarán los valores de las Fuerzas Armadas: el deber constitucional de proteger el país, su espíritu de sacrificio y solidaridad con la ciudadanía y la necesidad de coraje en las misiones de mantenimiento de la paz en el extranjero.

“El propósito es ofrecer a todos los hombres y mujeres jóvenes la posibilidad de vivir durante un tiempo la vida militar, desarrollando en ellos una conciencia civil”, explica Romano. “Es una verdadera oportunidad para acercar a los ciudadanos a las Fuerzas Armadas”.

Giuseppe Criscuolo, un napolitano de 18 años, está de acuerdo. El Ministerio de Defensa celebró una programa de estas características en julio que le dio a Giuseppe la oportunidad de pasar 10 días en la unidad de élite de paracaidistas Folgore, en Pisa.

“Fue una experiencia positiva y me acercó al mundo militar. La vida en los barracones es excitante. Nunca lo olvidaré”, afirma el joven, que acaba de terminar recientemente el bachillerato. De momento dice que seguirá con sus planes de ir a la universidad, pero eventualmente podría inscribirse en el Ejército. Como mínimo, dice, la experiencia ha sido muy divertida.

Los becarios aprenderán a ayudar en desastres naturales con primeros auxilios y técnicas básicas de soporte básico vital, comunicaciones por radio y a defender el patrimonio cultural y artístico. Las lecciones también incluirán charlas sobre lucha antiterrorista y contra el narcotráfico. Las clases se alternarán con unas intensas sesiones de actividad física.

Estas prácticas de jóvenes tendrán lugar en unidades y en barracones de los cuatro ejércitos repartidos por toda Italia.

Los que vayan al Ejército de Tierra podrán recibir formación de los Alpines, una unidad de élite que les enseñará a caminar rápido, técnicas de orientación y topografía de terrenos montañosos. Los alumnos también aprenderán a prevenir grandes incendios, defensa personal, manejo de armas, técnicas de trabajo en equipo y a tratar con los medios de comunicación durante las crisis.

La unidad de los Carabinieri ofrecerá cursos forenses dirigidos a convertir a los becarios en auténticos detectives, así como lecciones de “hacking” para poder recuperar archivos digitales y documentos en ordenadores. Se les enseñará también a usar avances tecnológicos como un sistema para dirigir mediante voz aparatos a distancia.

¿En qué se diferencia esta formación de la que se recibe en el mundo militar real? “Las clases de tiro son simuladas, no reales”, indica Romano, aclarando que “la formación es puramente formal”. Además, los periodos de pasantía no son remunerados y los participantes tienen que dejar un depósito de garantía en metálico para uniformes y ropa. “Es en caso de que se estropeen las prendas”, explica el coronel. “Pero todo lo demás, la comida y el alojamiento, será cubierto por el Ministerio de Defensa”.

Si bien el hecho de que no haya una remuneración puede no resultar muy atractivo a los jóvenes, el programa ya está resultando ser un gran éxito. El ministro de Defensa Ignazio La Russa ha dicho a la prensa que en tan solo nueve días se han recibido “miles de inscripciones” online.