sábado, 9 de octubre de 2010

El Papa pide a Sicilia ``no ceder a las tentaciones de la mafia''

El papa Benedicto XVI llamó a Sicilia a ``no ceder a las tentaciones de la mafia'', un ``camino de muerte, incompatible'' con los valores de la Iglesia en Palermo, en su primera visita a esta isla gangrenada por el crimen organizado.
``No cedan a las tentaciones de la mafia, que es un camino de muerte, incompatible con el Evangelio'', pidió el Papa durante un encuentro con los jóvenes, en el último acto y momento cumbre de su visita en Sicilia, organizada coincidiendo con un encuentro regional de las familias y los jóvenes.
``¡No tengan miedo de oponerse al mal! Juntos serán como un bosque que crece'', capaces de ``renovar profundamente vuestra tierra'', declaró.
Benedicto XVI completó sus palabras sobre la mafia con un gesto fuera de programa: justo antes de partir de la isla, en el camino al aeropuerto, se detuvo para depositar una ofrenda en el monumento erigido en memoria del juez Giovanni Falcone, asesinado por la Cosa Nostra, la mafia siciliana, en mayo de 1992.
Unos 20,000 jóvenes, incluidos 6,000 scouts, estaban presentes en este evento organizado en una de las principales plazas de la capital de Sicilia, según los organizadores.
El padre Toni Dell'Olio, uno de los responsables de la mayor asociación italiana de lucha contra la mafia, Libera, celebró las declaraciones del Papa. ``Es exactamente lo que esperábamos, una afirmación clara de que la mafia y el cristianismo son incompatibles'', manifestó.
Señaló su deseo de que el clérigo ``ponga en práctica estas palabras del Papa'', y apuntó a que los curas a veces son culpables de ceder a una compromiso ambiguo, como lo demuestra el ejemplo extremo de un cura que celebraba un misa en el escondite de un jefe mafioso.
Durante la mañana, en una misa celebrada al aire libre al aire libre en una gran explanada frente al mar, el papa fue más alusivo en su denuncia del crimen organizado.
``Hay que tener vergüenza del mal, de lo que ofende a Dios y al hombre, hay que tener vergüenza del mal que hiere a la comunidad civil y religiosa con acciones que no soportan la luz del día'', manifestó el Papa ante unas 200,000 personas según el Vaticano, que cita a la policía.