lunes, 9 de noviembre de 2009

Cambio Climático: La hora de actuar

Europa Oriental experimenta fuertes nevadas, mientras Australia lucha contra los incendios, Kenia se enfrenta a una crítica sequía y Filipinas se sumerge lentamente en ríos de barro. Los patrones climáticos de 2009 causan preocupación porque anticipan el futuro del planeta. Los líderes de todo el mundo tendrán una oportunidad en la cumbre de Copenhague para aunar criterios y trazar un plan de acción con el fin de salvar lo que aún pueda rescatarse de nuestro maltratado planeta.
Imagen de Cambio Climático: La hora de actuar
Dos torres de refrigeración son destruidas en una planta de energía que quema carbón en China - AP

En Sarajevo el servicio meteorológico registró en octubre la nevada más intensa de su historia. Los 23 centímetros de nieve que cubrieron la capital bosnia preocuparon a los expertos, ya que a principios del mismo mes habían tenido temperaturas de 25°C que ya lo habían convertido en su octubre más caluroso.

El paisaje blanco se reprodujo en Alemania y Polonia, pero en otros puntos del planeta sucede lo opuesto. El fuego está arrasando con Queensland, Australia. La ciudad de Rockhampton estuvo a punto de declararse en estado de emergencia, y cientos de habitantes estaban listos para evacuar después de que las autoridades advirtieran que las casas estaban en peligro.

Kenia es otra de las víctimas del cambio climático. La sequía prolongada que sufre el norte del país está provocando una nueva crisis. Cientos de personas y de cabezas de ganado murieron por falta de agua y comida y por enfermedades. El impacto es tal que también está acabando con los gigantes del reino animal, incluyendo a los famosos elefantes. El Programa Mundial de Alimentos pidió donaciones equivalentes a US$300 millones para alimentar al pueblo keniata durante los próximos seis meses y advirtió que, en caso de que la sequía persista, se perderá la mitad de las vacas y cabras.

Además de las nevadas y la falta de agua, las inundaciones son otra catástrofe natural cada vez más intensa y frecuente. Las islas Filipinas sufrieron el peor desastre de dicho tipo en 40 años después de que las sucesivas tormentas golpearan al país a fines de septiembre. Luego, a principios de octubre, el tifón Parma trajo más lluvias, que provocaron más desbordes y aludes. Como resultado, unas 170.000 personas tuvieron que dejar sus viviendas.

Europa también se vio afectada por inundaciones. En Sicilia, las lluvias intensas produjeron torrentes de barro que bajaron hasta la ciudad de Messina, llevándose automóviles y tirando abajo edificios a medida que avanzaban.

MÁS CAMBIOS
Actualmente, los científicos están intentando determinar si los glaciares que rodean Groenlandia se están derritiendo porque el agua -y no el aire- está calentándose. Mientras se está empezando a entender qué está sucediendo, los especialistas aún no saben cuáles son las causas de los cambios medioambientales en la región. Solían creer que el factor principal del derretimiento de los hielos de Groenlandia era el agua que llegaba a la base y la lubricaba. Sin embargo, los últimos descubrimientos apuntan a que serían las corrientes oceánicas las que traerían agua cálida del sur. Sea cual fuere la causa del derretimiento, las predicciones no son alentadoras: en uno de sus últimos informes, el equipo de investigación Catlin Arctic concluyó que el Polo Norte se convertirá en un mar abierto en la próxima década.

En vista de la situación del planeta, en diciembre se realizará una cumbre en Copenhague con el objetivo de tomar medidas concretas para revertir o atacar los efectos nocivos del cambio climático. El Primer Ministro británico, Gordon Brown, expresó que las altas temperaturas podrían convertirse en la norma en un futuro no muy lejano, e insistió en que si no se llega a un acuerdo global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las consecuencias podrían ser catastróficas.

Ya sean inundaciones, sequías o nevadas, todos los rincones del mundo serán, tarde o temprano, víctimas del cambio climático. La cumbre de Copenhague es la oportunidad de las potencias para delinear un plan factible para proteger al mundo antes de que sea demasiado tarde.

¿El nuevo Protocolo de Kioto?

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon dijo que se sentía optimista de que un acuerdo político para desacelerar el cambio climático pueda ser logrado el próximo mes en una conferencia internacional sobre cambio climático.

Sin embargo, tomará tiempo adicional, dijo, para que se negocie un nuevo tratado mundial que reemplace al Protocolo de Kioto de 1997, que expira en el 2012 y sólo requiere que 37 naciones industrializadas reduzcan la emisión de gases de inversión térmica.

La elaboración de un nuevo tratado sobre el clima es la máxima prioridad para Ban, tras ser el anfitrión de una cumbre sobre cambio climático el 22 de septiembre a fin de lograr respaldo político, y viajar por el mundo en busca de un acuerdo global. Inicialmente esperaba que éste fuera negociado en una conferencia de la ONU en Copenhague, Dinamarca a principios de diciembre.

Aunque señaló en una conferencia de prensa que no se llegaría a un acuerdo en Copenhague, insistió que "no hemos reducido nuestras expectativas".

"Aún me siento optimista", dijo Ban. "Si pudiéramos ponernos de acuerdo en cuatro puntos políticos, eso podría significar un hito en el éxito sobre cambio climático", agregó.

Indicó que las naciones desarrolladas deberían llegar a un acuerdo en Copenhague sobre objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de gases de inversión térmica, mientras que los países en desarrollo deberían acordar ambiciosos objetivos para limitar su crecimiento de emisiones.

Una enérgica acción y respaldo financiero también son necesarios para ayudar a las naciones en desarrollo a limitar sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático, y se debe adoptar un marco global para que supervise y asegure la aplicación y el cumplimento de los acuerdos, agregó.

"A partir de entonces deberemos continuar de inmediato con esas negociaciones técnicas a fin de que todos esos acuerdos puedan ser logrados sobre una base legal obligatoria, amplia y equitativa y equilibrada”, agregó Ban.

A sólo cinco semanas de la conferencia de Copenhague, Ban dijo que ha hablado con otros gobiernos sobre la substancia y la forma del acuerdo que podría lograrse.