
La característica más destacada del carretto siciliano es la explosión de colores en la que predominan el rojo, el amarillo, el verde y el turquesa evocando la pasión, el sol, el mar y los cítricos tan comunes en la isla. Esta combinación de colores se fusiona para representar motivos de la historia de las civilizaciones que han habitado la isla, desde los griegos y romanos pasando por los árabes, los bizantinos, los normandos, los aragoneses, los españoles.
Las técnicas de decoración son exclusivas del artesano, casi siempre anónimo denominado “pitturi ri carretti”. Los adornos comprenden figuras de soles, lunas, estrellas, flores, frutas, monstruos mitológicos, caballos, ángeles y figuras humanas, normalmente luchas de caballeros (gestas de los paladines en Francia, sobre todo Orlando y Rinaldo). También es común encontrar representaciones con connotaciones religiosas de temática comparable con los ex-voto y con la función de “exorcisar el mal”. Pese a que la calidad de los diseños no es destacable, la belleza y combinación de colores y temáticas hace del carreto siciliano una atracción para la vista.