jueves, 25 de septiembre de 2008

Carnavales Sicilianos. Nuestra Cultura.


El carnaval en Sicilia supone un acontecimiento de exaltación del júbilo, de la diversión y del jolgorio común de una sociedad muy participativa para con sus tradiciones. Desde los fastuosos festejos de Acireale pasando por los de Chiaramonte Gulfi en Ragusa podremos vivir y compartir la pasión de una fiesta particularmente conocida para nosotros.

Antiguamente, los festejos relacionados con las manifestaciones de un carnaval profano y folclorístico duraban más de un mes, desde el día siguiente a la Epifanía hasta la Cuaresma. Sin embargo tras el terremoto del 11 de Enero de 1643 se comenzó a reducir ostensiblemente su duración hasta fijarse en la semana que anticipa la cuaresma.
Desde siempre, la fiesta ha representado, un espejo donde se reflejaban las condiciones sociales, políticas y civiles de cada momento, suponiendo siempre la vanguardia de la trasgresión de los límites establecidos por los poderes políticos y religiosos. Esa sensación de que durante Carnavales todo vale, o se justifica.
El término exacto de “Carnaval” proviene del latín “Carnem Levare“, es decir la prohibición eclesiástica de consumir carne durante el periodo de la cuaresma. Las primeras noticias que hacen referencia al Carnaval Siciliano, se remontan al 1600, y a la sociedad palermitana que años tras año y con el finde evadirse de la rutina y los hechos cotidianos asume el desafío de mejorar sus vestidos, máscaras y accesorios.
Una danza particular era la de los esclavos “degli schiavi“, durante la cual, los participantes vestidos como esclavos bailaban por las calles al son de antiguos instrumentos turcos como el tambor. En otra denomminada “Balla-Virticchi” la gente se disfrazaba de pigmeos para entretener al público.
Entre las máscaras sicilianas más características cabe señalar las de “Jardinara” jardineros, la lamada “Varca“, pertenecientes a la provincia de Palermo sobre todo, y las de “briganti” y “cavallacciu” típicas de la zona de Catania. Otros tipos de máscaras buscaban la mofa de las clases sociales más pudientes como barones y condes. La semana de carnaval también se enraiza con tradiciones gastronómicas como la de carnes y dulces típicos de cada zona.
Pese a que la costumbre de festejar los carnavales es común en toda Sicilia existen variedas regionales. Una de estas manifestaciones peculiar es la de Palazzolo Acreide en la provincia de Siracusa. Aqui encontramos desfiles de carros decorados con alegorias mitológicas, la preparación de un tipo de pasta con salsa de cerdo llamada “Cavatieddi”. En la otra punta, en Termini Imesese ya en Palermo los carros se decoran con alegorias de burla hacia los políticos, y figuras del mundo del espectáculo. También en Palermo en Mezzojuso se celebra “Il Mastro di Campo”, una tradición ya atestiguada en e l siglo XVII, y que representa a unn joven enamorado que cubierto de una máscara roja intenta escalar por la alacena del castillo para acudir en busca de su amada. Otros carnavales notables son los de Sciacca, Bronte, Paterno, Taormina, Novara de Sicilia, Belpasso y Misterbianco. Uno de los más recomendables, tanto por su tradición, como por su gran participación es de Acireale, cerca de Catania. Los carros artesanales han dado paso a verdaderos artistas que dentro de sus agrupaciones trabajan laboriosamente todo el año para diseñar la carroza más fastuosa. Al ser una de las más conocidas por su promoción turística, es habitual encontrarse extranjeros participando con disfraces o cortejando la comparsa de músicos.